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Mostrando las entradas de marzo, 2020

ESCONDIDA

Te fallé y como Adán  y Eva me escondí Estando frente a mi imperfección  pensaba  en la vergüenza que tendrías  de mi condición y aunque quisiera  ya no me mirarías  con agrado; tampoco ibas a notar mi ausencia Pero la notaste Fuiste detrás de mí y me buscaste Aunque descienda a lo profundo  De la tierra o escalando llegase  a la montaña más alta; con la misma intensidad me buscas Fui necia al pensar que mi condición limitaba tu amor  -y entendí que  no hay tiempo  no hay espacio ni condición  que me separe de vos. 

LASTIMADA

Cómo una herida sin cicatrizar, Así se sentía. Sensible al daño, no quería que nadie se acercara Sólo quería que el tiempo pase y esa herida sanara Lastimada Pensando en el porqué sintió que su corazón  comenzaba a inundarse de temor, dudas e inseguridades. Y cuando menos lo esperaba,  pero más lo necesitaba Apareció Él Como un rayo de luz  en medio de la oscuridad se encargó de vendar su herida y tranquilizar su inquieto corazón Le devolvió la seguridad Le restituyó la confianza Porque nadie más lo iba a lograr Porque esa luz, fue Jesús.

ALEGORÍA DEL BOSQUE

Anochecía en aquel bosque, era un día primaveral, el sol se iba y el viento soplaba cada vez más fuerte; el cielo dejaba de estar despejado y un sin fin de nubes lo llenaban.  Fue entonces, que seguí corriendo como lo veía haciendo hace un tiempo. Sin ver con claridad lo que seguía delante y tampoco tenía permitido mirar atrás.  Fue allí cuando tropecé. Caí, cada vez más profundo en un abismo.  Intentaba agarrarme de ramas, de troncos, hasta de pasto en mi desesperación. Pero seguía perdiendo equilibrio.  En ese preciso instante una mano tomó mi brazo; me dejé sostener y me salvó.  Me rescató, y con sus susurros mi latidos acelerados se calmaron, creí que mi corazón intentaba fugarse. Me levanté. Renací y seguí corriendo.  Pero antes, me dijo que aunque no logre ver nada, siga corriendo y confiando en sus palabras.  Porque es allí dónde el está.  Aunque caiga, el sigue estando. Su mano fuerte, aunque por instantes no la sienta, es...

CARTA DESDE EL DESIERTO

Te escribo desde acá porque sé que también estuviste o estás en mi lugar, si lees esta carta quiero que sepas que te escribo desde el desierto. Dónde estoy es un lugar donde abunda la vulnerabilidad y escasean las respuestas ¿No es nada nuevo no? Seguramente te pasó. Y tal vez te sentiste como yo, un poco incomprendido. Es normal, la gente que viene acá muchas veces se olvida que lo transitó. Pero yo te entiendo. Sé lo difícil que es cuando las preguntas arrasan con las pocas fuerzas que te quedan y no ves nada en tu alrededor. Querido caminante, comprendo tu soledad y mi anhelo es que al leer estas palabras, encuentres ánimo. Cuando mis fuerzas se acabaron, mi corazón se arrodilló, y mis ojos solo pudieron contemplar el cielo. Al mirarlo sentía que miraba a su Creador. Mi espíritu se tranquilizó y las dudas se fueron corriendo. Volvía en mí la Vida. Y un río comenzaba a fluir. No era en el desierto, era dentro de mí. Porque muchas veces aunque en tu realidad solo veas el desierto...

ANHELADO DESTINO

Al salir de su hogar, mientras caminaba hacia el puerto Lucy meditaba en las largas horas que pasaría en aquel barco, faltaban unos minutos y zarparía al destino dónde hace tiempo quería visitar; desde la niñez su sueño era navegar y sin mirar atrás solo contemplar los atardeceres, y las maravillas que le deparaba el mar. Llegó el momento, y con mucha seguridad en su corazón partió al destino que tanto anhelaba. Llena de expectativas, por cierto. La aven tura comenzó y con una sonrisa en su rostro y la frente en alto, pensaba en que nada malo podía pasar. Transcurrían los días, el viaje era perfecto. El capitán recordaba al pasaje que estén tranquilos, que el viaje iba tal cual lo esperaban. Mientras observaba el atardecer, Lucy se sentó, y leyó su libro favorito, la noche empezaba a caer cuando la sirena sonó, un escalofrío recorrió su cuerpo. El capitán, había tomado otro rumbo, y comenzaban a ocurrir imprevistos que nadie se esperaba. Como era común la gente se alborotó, la...